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  • Foto del escritorJosé Luis Elizondo T.

El sexenio de los otros datos



José Luis Elizondo T.

 

No mentir, no robre y no traicionar son las tres reglas básicas que el Presidente Andrés Manuel López Obrador ha puesto sobre la mesa, con respecto a su gobierno, las que repite incansablemente, como un mantra sagrado, para todos los morenistas que aspiran a un cargo público. 

 

Lamentablemente esa multicitada frase ha quedado hueca, vacía, porque desde el inicio de esta administración, los “otros datos” se han impuesto, contradiciendo cada día el compromiso de no mentir, no robar y no traicionar.

 

La consultoría de comunicación política SPIN ha documentado que el presidente miente en promedio 88 veces en cada conferencia matutina, o afirma tener otros datos que contradicen incluso la información oficial que difunden las propias dependencias federales. El sexto informe no fue la excepción.

 

No conozco el sistema de salud de Dinamarca, pero he visitado las clínicas del IMSS o ISSSTE y no creo que tengan un mínimo parecido, mucho menos estar en mejor condición que las clínicas danesas, como lo afirma sin reparo el mandatario, como tampoco es cierto que en el país no hay escasez de medicamentos ni de vacunas.

 

Se ha afirmado que se ahorraron dos billones de pesos con el combate a la corrupción desde el Poder Ejecutivo. ¿Dónde se lleva ese registro? ¿qué destino se ha dado a esos recursos? Dos billones es casi la cuarta parte del presupuesto total para el presente año.

 

El sexenio termina como empezó, con ocurrencias, como la “rifa” del avión presidencia, que finalmente se malbartó, y la propagación de mentiras sin ningún pudor en cada mañanera, como esa de que la economía de México es la que más creció en Latinoamérica, o que ha bajado el número de homicidios, o aquella ocurrencia cuando dijo que la violencia ha bajado, aunque los homicidios sigan elevados.

 

La realidad es que, comparado con los sexenios anteriores, este gobierno sale debiendo. Todos esperamos que la presidenta electa, al tomar protesta de su encargo sexenal, retome el camino dejando a un lado las conferencias mañaneras y se dedique a resolver los grandes problemas nacionales que nos aquejan en todos los rincones de México, porque con mentiras no se puede construir un mejor país.



Cómo destruir el país en siete pasos

 

 



 

José Luis Elizondo Treviño

 

No es fácil destruir un país como México, con una historia de lucha, de esfuerzo y de trabajo de millones de personas que diariamente se levantan para trabajar, para estudiar, para hacer más grande y fuerte a la nación.

 

Sin embargo, desde la cúpula del poder, desde el gobierno, se puede hacer mucho daño al país y es posible hasta llegar a destruir lo que tantos años ha costado a las y los mexicanos construir.

 

Eso es la que ha venido haciendo el actual gobierno de la república. En estas líneas haré una breve reseña de cómo han logrado casi destruir a nuestro México desde la Presidencia de la República, en siete sencillos pasos.

 

Con excepción del primer paso, que lo dieron millones de mexicanos en las urnas, todos los demás son de responsabilidad directa del Presidente López Obrador.

 

Paso uno: Elegir a un populista como Presidente de la República. En 2018 las y los mexicanos soñaron con un líder que, con mentiras y falsas promesas los embabucó, porque los populistas no buscan el progreso del país ni el fortalecimiento de la patria, lo que quieren consolidar es su proyecto político a costa del futuro de México. 

 

Paso dos: Eliminar programas de apoyo social existentes como el seguro popular, las guarderías públicas, el FONDEN, y los fideicomisos creados para apoyar a estudiantes, deportistas, para impulsar la ciencia y la tecnología. Instituciones como el CONACYT, que desde hace décadas patrocinaba el estudio de los estudiantes más brillantes, tanto en el extranjero como en las mejores universidades del país, también fueron desmantelados.

 

Con esta acción destructiva se compromete el futuro del país, se deteriora la salud pública, se carece de recursos para afrontar desastres naturales, como el que desde hace casi un mes azota la ciudad de Chalco, en el Estado de México y se cancela la educación de calidad. Cabe señalar que el cierre masivo de guarderías afectó principalmente a millones de mujeres que tuvieron que dejar de trabajar.

 

Paso tres: Garantizar la impunidad a los grupos criminales. Con este paso se destruye de manera rápida el tejido social, ya que, en lugar de combatir el narcotráfico, se pactó con ellos para contar con “apoyo logístico” en los procesos electorales, por llamarle de algún modo. Los cientos de candidatos asesinados en el último proceso electoral y los otros más que renunciaron a sus candidaturas por amenazas de muerte, le ha dado resultado al sistema oficialista.

 

Paso cuatro: Despilfarrar los recursos de la nación. No se trata de los recursos del Presidente ni de su partido político, sino de todos los mexicanos, en una pensión universal que, según estudios de expertos de la UNAM, lejos de revertir la desigualdad social las está agravando. Además, se han recortado recursos a todas las dependencias federales, o se han eliminado algunas, para entregar dinero sin ton ni son, que no resuelven los problemas de la mayoría de las familias, y que en muchas otras ni siquiera es necesario.

 

Paso cinco: Controlar a las Cámaras de Diputados y Senadores, con el apoyo de las autoridades electorales previamente seleccionadas por el oficialismo, para dotar de una descarada sobre representación al partido MORENA y sus aliados.Así, la Constitución será materia de cualquier reforma que se le ocurra al Presidente actual y líder moral del partido en el poder, haciendoconstitucionalmente válidos temas que claramente violan las garantías individuales.

 

Paso seis: Eliminar órganos autónomos que han demostrado su efectividad.Los primeros en ser absorbidos por gobierno, para dejar de ser autónomos y decidir lo que mande el oficialismo, serán el Instituto Nacional de Transparencia y Acceso a la Información (INAI); el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT); el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL); la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) la Comisión Reguladora de Energía (CRE) la Comisión Federal de Competencia Económica (COFECE) y el Sistema Nacional de Mejora Continua de la Educación (Mejoredu).

 

Estos son organismos que le estorban al presidente porque son contrapesos reales al poder, que evitan arbitrariedades, como el negar información pública a quienes los soliciten, regular la competencia entre los entes económicos para evitar la competencia desleal y regular las operaciones de compra y venta de hidrocarburos. Eliminarlos traerá consecuencias con los socios comerciales, especialmente con Estados Unidos y Canadá, ya que el TMEC se contemplan esos órganos para dirimir controversias. 

 

Paso siete: Quebrar al Poder Judicial, para sustituir a los jueces, magistrados y ministros que obedezcan ciegamente al oficialismo, dejando al garete los derechos de las y los mexicanos. Sólo falta que también quiera quitar la autonomía al Banco de México para manejar la política monetaria con fines políticos y no económicos, como se hacía antes, cuando llegamos a tener inflación de tres dígitos.

 

Ya lo advirtió el Embajador de Estados Unidos, estas acciones para desmantelar las instituciones pueden tener consecuencias negativas para el país. En lugar de recapacitar, el presidente lo regañó y declaró que va a pausar la relación con la embajada hasta que se disculpe, pero irónicamente dice que la relación bilateral con el país vecino y con su amigo, el Presidente Biden está en las mejores condiciones, cuando todos sabemos que el Embajador de Estados Unidos no es un gringo cualquiera, es el representante de ese país ante el nuestro.

 

En fin, en los pocos días que faltan para terminar su mandato se ha empeñado nuestro presidente en destrozar el país para entregar a la presidenta electa los restos de lo que ha sido México.



El techo de cristal


José Luis Elizondo Treviño

 

Algunas voces afirman que el techo de cristal ya se rompió, especialmente después de las elecciones del pasado 2 de junio en las que la Dra. Claudia Sheinbaum obtuvo una victoria abrumadora.

 

Antes de esa elección, el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación designó a la Dra. Norma Piña como Presidenta de ese Poder, la Lic. Guadalupe Taddei fue elegida para dirigir el INE y la Diputada Marcela Guerra presidió la Cámara de Diputados. Cargos como estos, impensables para mujeres hace unos años, son ahora una realidad. Además, en se ha incrementado el número de Gobernadoras de los Estados, Senadoras y Diputadas, como resultado de las reformas legislativas que favorecen la paridad en el sector público.

 

No cabe duda de que las políticas de cuotas de género y, posteriormente, de paridad, han producido resultados alentadores, permitiendo a las mujeres acceder a diversas responsabilidades en el sector público, y avanzar también en el sector privado.

 

Sin embargo, más allá de estos importantísimos logros, el techo de cristal sigue siendo una barrera muy sólida para la mayoría de las mujeres en México. Persisten limitaciones no oficiales, pero reales, que restringen el avance profesional de mujeres y otros grupos vulnerables, a pesar de la ausencia de leyes o normas explícitas que lo impidan.

 

Es significativo que en México cuente con su primera mujer Presidenta, pero esto no implica que se hayan superado las enormes barreras sociales, culturales, y políticas que continuan generandomecanismos de exclusión afectan a millones de mujeres en el país.

 

El cierre de estancias infantiles por el actual gobierno federal obligó a numerosas mujeres trabajadoras a dejar el empleo para atender a sus hijos pequeños, lo que agravó la disparidad de género. 

 

Además, las mujeres ganan en promedio un 30 por ciento menos que los hombres por realizar el mismo trabajo o labores similares. Esta disparidad salarial obliga a las familias a priorizar el empleo masculino, manteniendo a las mujeres en posiciones subordinadas y dependientes, lo que las hace vulnerables a diversas formas de violencia y abuso.

 

En conclusión, aunque numerosas mujeres han roto su techo de cristal, la mayoría sigue enfrentando discriminación por ser mujer y un trato desigual. Por ello, quienes han alcanzado el éxito, tienen la responsabilidad de apoyar a otras para que, juntas, puedan romper de manera definitiva el techo de cristal.

 

Los hombres también tenemos la responsabilidad de impulsar y promover la igualdad de género en todos los ámbitos de la vida, especialmente desde el seno de cada familia.


La política educativa del gobierno de Sheinbaum




José Luis Elizondo Treviño

 

El próximo 26 de agosto iniciará formalmente el ciclo escolar 2024 – 2025, y aunque la Presidenta Electa Claudia Sheinbaum tomará protesta de su cargo hasta el próximo primero de octubre, prácticamente será la responsable de llevar a buen puerto el año escolar que concluirá en el mes de julio del año entrante.

 

La designación de Mario Delgado como Secretario de Educación Pública, ha generado numerosas dudas sobre el camino que seguirá la política educativa nacional, y no por el perfil profesional del próximo Secretario sino, sobre todo, por el perfil político del aún presidente de MORENA.

 

Su misión, hasta lo que se ha visto ahorita, no es elevar la calidad de la educación, sino tener contento al poderoso sindicato magisterial, y la prueba de esta afirmación se corroboró el día siguiente de su nominación, cuando fue a reunirse con el dirigente nacional del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.

 

No está mal que busque acercamientos con el SNTE, pero también tendría que reunirse con especialistas en pedagogía y didáctica para analizar métodos y contenidos educativos, porque todos sabemos que los resultados de la prueba PISA han arrojado un retroceso en el conocimiento y dominio de las matemáticas y ciencias en la educación básica.

 

Todos reconocemos que aprender bien las matemáticas, y el español es básico para los alumnos, porque son las herramientas básicas que necesita todo estudiante para adquirir nuevos aprendizajes; pero al parecer, no es un tema de interés para la actual Secretaría de Educación. 

 

Pero en México las pruebas PISA y cualquier otro instrumento de evaluación de los aprendizajes, no sirven para elaborar estrategias educativas que mejoren los aprendizajes de las y los estudiantes de educación básica.

 

Incluso, el gobierno federal ha mantenido en reserva los resultados de la prueba Planea, aplicada en septiembre y octubre del 2023, y ante un amparo promovido por la asociación civil “Aprender Primero” para que difundan los resultados de ese instrumento de evaluación, la Comisión para la Mejora Continua de la Educación, que depende de la SEP, promovió ante un Tribunal Colegiado revocó la suspensión otorgada por el Juez, para evitar que se den a conocer los resultados al público.

 

Lo que no se mide, no se puede mejorar, y la política educativa del actual gobierno no ha dado los resultados esperados. En la prueba PISA, la que no controla el gobierno, se muestra el retroceso de la educación en el país; la prueba que si controla, Planea, debió ser catastrófica para que se nieguen a dar a conocer los resultados.

 

Hasta ahorita, lo que la Presidenta electa ha mencionado de su política educativa consiste en otorgar becas, es decir entregar dinero, a todos los estudiantes del país.

 

Pero de conocimientos y aprendizajes, ni ella ni el próximo Secretario de Educación han dicho nada. ¿Será que prefieren que los futuros ciudadanos sean más ignorantes? 

 

 

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